miércoles, 19 de octubre de 2016

¿QUÉ ES, EN DEFINITIVA, UNA PSICOTERAPIA?

Ciertamente, la palabra Psicoterapia ya no es desconocida en nuestro contexto sociocultural. El aumento y la visibilización del malestar psicológico en nuestra época ha generado, por efecto, la búsqueda de tratamiento psicológico. Sin embargo, surge, a partir de esta popularización del concepto, ideas erróneas o definiciones inexactas, que, a menudo, lleva a los pacientes o clientes a rechazar la terapia, crear expectativas equívocas sobre ella, sentir desilusión por los avances, entre otros.
En términos generales, se entiende como Psicoterapia al “Tratamiento psicológico que, a partir de manifestaciones de sufrimiento físico o psíquico, promueve cambios en el comportamiento, la adaptación al entorno, la salud física y psíquica, y busca la integridad de la identidad psicológica y el bienestar biopsicosocial de las personas y los grupos”. (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas).

Este tratamiento es fundamentalmente de colaboración entre psicólogo y cliente. El psicoterapeuta posee el conocimiento teórico, metodológico y técnico para abordar la necesidad manifiesta (motivo de consulta) del cliente, sin embargo, la persona que acude a psicoterapia no es pasiva; los avances terapéuticos no dependen tan sólo de la eficacia o experticia del psicólogo, sino  de la actitud responsable y colaborativa del cliente. Mantener esta actitud pareciera ser simple, pero no lo es; el cliente o paciente se interna en un proceso que trae consigo el autoconocimiento, la aceptación, la auto responsabilidad, relacionado directamente con el malestar manifiesto; dar cuenta de aquello es, en ocasiones,  doloroso. Es esto, precisamente, lo que muchas veces nos lleva a abandonar la terapia, arguyendo la poca convicción o efectividad de la terapia, como una defensa hacia el statu quo de la persona.
También es importante decir que la psicoterapia no implica asesorarse bajo consejos por un psicólogo. La terapia es un constructo teórico, metodológico y técnico que responde a una praxis clínica planificada para abordar una necesidad psíquica manifestada por el cliente. El Psicólogo es un profesional de la salud mental, de este modo, en el contexto terapéutico es una persona objetiva, neutra e imparcial. No entrega consejos, ni promueve la dependencia del cliente, sino todo lo contrario; es el cliente quien se autoaborda, descubriendo la fuente de su malestar.
En la psicoterapia existen momentos esenciales que definen el contexto de ella: Contrato terapéutico y Encuadre. Este contrato debe ser expreso y referido a los objetivos, etapas y condiciones del tratamiento. Por otra parte, el Encuadre está destinado a alejar la confusión de roles, implica un consenso generalizado en donde el terapeuta y el cliente no mantengan ningún otro tipo de relación fuera del contexto de las sesiones. Cuando hablamos de encuadre terapéutico, nos referimos a un tipo de dispositivo que regula las condiciones y límites tanto para el terapeuta como para el cliente o paciente en el marco de un proceso terapéutico, con el fin de estructurar, ordenar y asegurar un conjunto de reglas estables que posibiliten “la cura”. Este encuadre diferirá según enfoque o modelo terapéutico.
De acuerdo a los enfoques o modelos terapéuticos, es preciso mencionar que hablar de Psicoterapia no es referirse a un solo tipo de hacer terapia. Existen diversas prácticas metodológicas en diagnóstico e intervención terapéutica, entre los cuales destacan, preferentemente, las escuelas cognitivo-conductuales, psicoanalíticas, humanistas y la escuela sistémica-estratégica. Cada uno de estos paradigmas representan modos de abordar la Salud Mental, que sugieren distintas concepciones de lo humano y lo conductual, de lo normal y lo patológico, y de la clínica psicológica, comprendiendo significativas diferencias en los encuadres y estrategias de intervención terapéutica, y en consecuencia en la concepción de los estilos relacionales y roles asignados, tanto para el terapeuta como para el paciente. De esta manera, la función del diagnóstico, los objetivos terapéuticos y los parámetros técnicos, también varían de un enfoque a otro.
En la actualidad, el psicólogo puede combinar elementos de varios enfoques, para adaptar el tratamiento de acuerdo a las necesidades de cada cliente, sin embargo, generalmente mantiene una orientación teórica específica.

Es importante, al momento de acudir a psicoterapia, conocer el enfoque con que el facilitador o terapeuta orienta su trabajo; en este sentido, no es posible determinar cuantitativamente, cuál de todos los enfoques es el mejor o más eficaz, sin embargo, es posible considerar cuál de todos ellos nos hace más sentido. 

martes, 11 de octubre de 2016

EL AMOR NO SE LE CONOCE POR LO QUE DEMANDA, SINO POR LO QUE OFRECE.

El AMOR, en cualquiera de sus dimensiones, contextos y tipos de relaciones no se le conoce por su control y exigencias, sino por su libertad y confianza. A pesar de esto, la esclavitud emocional es mucho más común de lo que podría parecer. Es muy común encontrarnos con ideas erróneas en cuanto a las relaciones de amistad, compromiso, pareja, familia, etc., siendo el chantaje emocional una forma de control que provoca malestar, angustia, miedo, culpa y otros sentimientos, con el fin de obtener lo que se desea.

El chantaje emocional nos priva de una de nuestras posesiones más preciadas: nuestra integridad, siendo la desvalorización  una táctica empleada con frecuencia lo que hace que disminuya la sensación de seguridad de cualquier relación, no permitiendo sincerarnos con otra persona sin temor a que nuestras ideas y pensamientos sean malinterpretados. Si este factor de seguridad desaparece de un vínculo, éste no es más que una relación carente de ese contenido afectivo que nos permite ser auténticos frente a la otra persona.

Pues bien, cuando observes que otros tratan de imponer su voluntad independientemente del costo que ello representa para ti, no dudes de que te encuentras frente al comportamiento básico de un chantajista emocional.

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martes, 4 de octubre de 2016

¿NEUROSIS NOÓGENA (ESPIRITUAL) EN NUESTRA ÉPOCA?

Uno de los mayores problemas del ser humano desde fines del siglo XX es encontrarse carente de significado. Es  un momento en que la tecnología se ha desarrollado enormemente, como nunca en  la historia del hombre y que lo empequeñece; pero al mismo tiempo es una época de angustia o de aburrimiento.

Leticia Ascencio de García , indica que algunos autores han hablado de esta época como “la era de oro y de la angustia”. Se vive una fuerte "crisis de identidad  o pérdida del sentido de significación". Cuando el individuo pierde su significación, aparece una sensación de apatía como expresión de su estado  de aminoramiento de la conciencia. Obviamente existe un fuerte peligro de que el individuo se desplace en dirección al hombre que espera que las drogas lo  hagan sentirse más cómodo y que las máquinas no sólo satisfagan todas sus necesidades, sino que bajo la forma de mecanismos psicoanalíticos lo hagan feliz y capaz de amar.

 El empleo autodestructivo de la tecnología consiste en utilizarla para llenar el vacío de nuestra propia conciencia disminuida. Por otro lado, el desafío que enfrenta el hombre moderno-o postmoderno, como quieras llamarle-, es la posibilidad de ampliar y profundizar su propia consciencia para llenar el  vacío creado por el fantástico crecimiento de su poder tecnológico.
          
  Existe una nueva neurosis propia de la segunda mitad del siglo XX, a la que Frankl llama "noogénica".  Esta puede formularse de diferentes maneras. Algunas de ellas son: ¿Cuál es el significado de mi vida? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Por qué vivimos? ¿Por qué nos ponen en este mundo? ¿Para qué vivimos? ¿De acuerdo con qué principios tenemos que vivir? Si tenemos que morir y nada es perdurable, ¿qué sentido tiene vivir ?



Es en este contexto el origen de la Logoterapia; en la pérdida de sentido, en la trágica posición del enajenado o alienado, el otro. Para Unamuno, “Del sentido trágico de la vida”.




Según la Logoterapia, la primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrarle un sentido a su propia vida. Por eso habla Frankl de voluntad de sentido, en contraste con el principio de placer (o, como también podríamos denominarlo, la voluntad de placer) en que se centra el psicoanálisis freudiano, y en contraste con la voluntad de poder que enfatiza la psicología individual de Adler. El hombre que se halla en crisis ha de tener un enfrentamiento al sentido de su vida actual para buscar una reorientación del mismo a través de la búsqueda de un sentido potencial junto a la conciencia de la voluntad del mismo. Esto sirve para ayudarnos a encontrar el sentido de la vida; según este enfoque, nos hace consciente de lo que anhelamos en lo más profundo de nuestro ser y de nuestras responsabilidades, que consisten en decidir por qué. La Logoterapia se atreve a penetrar en la dimensión espiritual en el sentido de aspirar por una existencia más significativa. Mira más hacia el futuro que el psicoanálisis porque busca cometidos y sentidos que se pueden realizar.

La Logoterapia es un enfoque que nació durante la primera mitad del siglo XX, desarrollada por Viktor Emil Frankl (1905-1997), médico neuropsiquiatra, psicoterapeuta y doctor en filosofía, discípulo de Sigmund Freud, Alfred Adler y Martin Heideggerd. La primera referencia histórica sobre el “logos”, nos remite a la Grecia clásica, en donde varios filósofos centraron sus reflexiones en este concepto. El logos se refiere, en términos simples, a la palabra, al sentido y fundamento de lo manifiesto. A pesar de que este concepto estuvo presente en las especulaciones de varios pensadores, no fue sino hasta el siglo XX, en que el neuropsiquiatra vienés Viktor Frankl, lo acuñó en la escuela terapéutica “Logoterapia”, conocida como “la tercera escuela vienesa de psicoterapia”. Una psicoterapia que se adelanta al paradigma que delineaban las propuestas psicoterapéuticas de su contexto, al postular que la motivación primaria del ser humano es su voluntad de sentido, por lo tanto, su atención clínica es necesaria para la recuperación de la persona, pues se aborda de manera integral al ser humano.

Según el Dr.Etcheverry hay dos grandes enfoques de los trastornos mentales: la psiquiatría biológica y las psicologías dinámicas. En cuánto a las psicologías dinámicas, el padre de todas ellas es Freud. Un enfoque dinámico postula la existencia de fuerzas en el seno de la personalidad que interacciona entre sí (conflicto) y que existen a distintos niveles de consciencia (sea inconsciente, preconsciente o consciente). Las dos grandes corrientes de las psicologías dinámicas son la freudiana y la existencial, con todas las variedades que se agrupan entre ambas.

Considerando esto, podemos decir que el psicoanálisis freudiano nació en su época para responder y hacer frente a una edad histórica de represión sexual. Más adelante, en los comienzos del siglo XX, la tecnología reemplazó al hombre por las máquinas, lo que dio lugar a la edad de la ansiedad, con el surgimiento de las llamadas terapias de modificación de la conducta. Finalmente, en la última parte de este siglo, aparecieron los enfoques humanístico-existenciales de psicoterapia, debido a la despersonalización y deshumanización que sufría el ser humano en este período de la historia en que tanto se habló y se habla de la edad de la alienación o el aburrimiento pro el ocio. Es así como el mismo Frankl, en una conferencia dice que “esta es una época de neurosis espiritual

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domingo, 2 de octubre de 2016

LOTO BLANCO


La planta de loto representa un símbolo muy importante para las religiones orientales. El loto remite a varios aspectos del camino que nos toca recorrer, ya que el loto crece en el lodo, se abre camino a través del agua barrosa, aparece inmaculado sobre la superficie, y finalmente produce una hermosa flor – además de algo muy significativo- la flor y el fruto se dan al mismo tiempo, representando la simultaneidad entre la causa y el efecto.

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